sábado, 28 de febrero de 2009

Unos vienen, otros se van.


Afortunado yo, desde el primer momento, tuve la suerte de que me recogiera en el aeropuerto Víctor, un chaval de Murcia con el que he hecho muy buenas migas estos primeros días. Lástima que el próximo 6 de marzo volará junto a Pili, su esposa, de vuelta a tierras murcianas. En cualquier caso, a parte de darme los consejos básicos para la supervivencia en Santiago y enseñarme varios lugares de interés, nos invitó a la colonia española de El Punto (la residencia en la que habito) a su fiesta de despedida. Una noche sin desperdicio en la que pudimos comprobar de primera mano cómo las gastan l@s chilen@s cuando el sol se va: piña colada, ron y mucho movimiento de cadera...no os preocupéis sigo siendo un tronco arrítmico que no la distingue de la cintura. En la imagen, Israel, Aitziber, Carmen, Víctor, Luisa, Lucía, María, Marina y yo.

martes, 24 de febrero de 2009

Y por fin...América Latina.

Tras un par de años de sueños, seis meses de espera, tres de papeleo, uno de esquizofrenia burocrática, una semana de sentimientos enfrentados, varios días de despedidas y catorce horas de vuelo, llegué a Latinoamérica. Santiago de Chile será mi hogar durante los próximos cuatro meses y el resto del continente durante dos meses más. Función manifiesta: cursar un cuatrimestre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.